El cibercrimen supone el 0,8% del PIB mundial, según datos de un reciente estudio del Incibe (Instituto Nacional de Ciberseguridad), quien cifra en unos 14.000 millones de euros el coste que supone para las empresas españolas. También asegura que a diario son atacados entre 100.000 y 120.000 equipos en nuestro país.
Tal situación está provocando un aumento de la preocupación por este asunto y por consiguiente, de la contratación de seguros de ciberriesgos.
Estas son las principales coberturas que tiene que tener una buena póliza de ciberriesgos.
1. Gestión de incidentes. Cubre los honorarios de asesoría legal, informática forense y relaciones públicas a la hora de gestionar, administrar y mitigar un incidente de seguridad de red o de privacidad.
2. Protección de datos y responsabilidad cibernética. Ampara las reclamaciones de terceros derivadas de demandas por un fallo de seguridad en la red del asegurado.
3. Ciberextorsión. Cobertura a las organizaciones ante las pérdidas resultantes de una amenaza de extorsión. Esto incluye rescates para poner fin a una extorsión, así como los honorarios de asesores especializados.
4. Interrupción de la red o pérdida de beneficios. Responde a la pérdida de ingresos y gastos operativos del asegurado cuando su actividad se interrumpe o suspende debido a un fallo en la seguridad en la red.
5. Fraude de transferencia de fondos. Cobertura de la pérdida financiera resultante de transferencias electrónicas realizadas de manera fraudulenta tras un ciberataque.
6. Respuesta ante inspecciones y sanciones regulatorias derivadas de un uso indebido, control o proceso de datos personales.
Aparte de estos puntos básicos, la solución aseguradora se tiene que caracterizar por su flexibilidad para adaptarse a las necesidades de las empresas, contempla el acceso 24 horas, los siete días de la semana, a un equipo de expertos en la gestión de ciberincidentes tras haber padecido una brecha de seguridad o un ataque de denegación de servicio.
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